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jueves, 4 de julio de 2013

Sobre las sombras (pero también las luces) del periodismo

Michael Ignatieff es escritor, profesor y expolítico. Nacido en Canadá, educado en la Universidad de Toronto y en Harvard, ha escrito 17 libros, ha trabajado como presentador de televisión y productor de documentales, columnista y profesor universitario. Entre 1978 y 2000, cuando vivía en el Reino Unido, Ignatieff adquirió fama como presentador de radio y televisión y como columnista editorial para The Observer. Su serie documental Blood and Belonging: Journeys into the New Nationalism fue emitida en la BBC en 1993, y le valió un Premio Gemini canadiense. Ha dado clases en la Universidad de British Columbia, Universidad de Cambridge, la London School of Economics y la Universidad de Harvard, donde fue director del Carr Center for Human Rights Policy en la Kennedy School of Government, entre 2000 y 2005.  Fue el líder del Partido Liberal de Canadá y de la Oposición Oficial al gobierno de Canadá desde 2008 hasta 2011

El 20 de julio del año pasado, Ignatieff fue galardonado con el Premio de Periodismo Francisco Cerecedo que otorga la Asociación de Periodistas Europeos por la obra Sangre y pertenencia. Viajes al nuevo nacionalismo que recogio durante la XXIX entrega del ya mencionado galardon, que concede la Asociación de Periodistas Europeos (APE) el 20 de noviembre, le fue entregado por el príncipe Felipe de Borbón, heredero a la corona española.

A continuación, el texto con el discurso íntegro de Michael Ignatieff.

Las familias reales sufren el periodismo más que lo disfrutan, y es de agradecer su apoyo a un galardón que premia algo capaz de arruinarle el desayuno.

Los periodistas estropean el desayuno de cualquiera; nunca ha sido una profesión popular. Lo sé bien. He sido suficientemente insensato como para pasar de periodista a político y créanme si les digo que es más divertido hacer preguntas que responderlas.