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lunes, 28 de mayo de 2012

Miguel no es el culpable!

Por Jorge Lendeborg

La primera vez que el Ing. Hipólito Mejía me recibió en su casa me dijo “Yo no soy Miguel, a mi se me puede hablar claro”. Esto lo dijo porque una de mis quejas cuando formé parte del equipo de estrategia del Ing. Vargas fue precisamente que a éste había que decirle lo que el quería escuchar aunque se perjudicara el proyecto.

Tomando la palabra de Hipólito, así lo hice las veces que me recibió y hoy lo hago por igual.

La famosa frase “Las victorias tienen muchos padres, mas la derrota es huérfana” no tiene validez cuando analizamos las razones de la derrota del Ing. Hipólito Mejía en las pasadas elecciones.

Miguel no es el culpable de la conducta agresiva y actitudes triunfalistas antes de tiempo que exhibió parte del anillo que rodeaba a Hipólito, el cual entendió que el Presidente del PRD no era necesario para ganar las elecciones, no comprendió que no fue Neney Cabrera, Andy Dauhajre ni Alfredo Pacheco el que sacó 47% en la convención.

Miguel no es el culpable de la mezquindad de muchos que no le reconocen el mérito de haber sacado al Partido Revolucionario Dominicano a flote en cuatro años y haberlo llevado a ser una opción de poder nuevamente.

Miguel no es el culpable de que el equipo de “estrategas” de Hipólito no supiera interpretar el resultado de las primeras encuestas que llegaron a darle 27 puntos por arriba de su contrincante. En esa ocasión recuerdo que le dije: “Sr. Presidente la ventaja real es de 8 puntos, sus asesores no están tomando en cuenta que la encuesta refleja un 50% de abstencionistas y/o indecisos”. Esto porque todavía un sector importante esperaba la decisión, señal o integración a la campaña del Presidente Dr. Leonel Fernández, quien controla como líder un 20% de los votos de su partido.

Efectivamente, su integración y la selección de Doña Margarita Cedeño como vice-presidenta llevó el escenario político a su normalidad, es decir un 30% abstencionistas y Papá arriba por 7 puntos en diciembre del 2011.

Miguel no es culpable de que los Comités de Base Afectivos“CBA” no se multiplicaran efectivamente. En una ocasión le expresé a Hipólito que, ciertamente, los “CBA” habían sido la razón del triunfo en la convención pasada, que ese sistema de crecimiento estaba diseñado en tres fases: Alcance, Consolidación y Multiplicación, y aunque las primeras dos fases se habían implementado con éxito, iba a ser necesario un técnico que implementara la multiplicación vertical de los “CBA” para poder ganar el 20 de mayo, cosa que no se hizo.

Miguel no es culpable de que la candidatura de Hipólito adoleciera de un director de campaña capaz de iniciar, planificar, ejecutar, controlar y cerrar un proyecto exitosamente, ni que tuviera a José Ramón Díaz como director de publicidad y promoción, jefe del equipo de estrategia, una persona incapaz, mediocre y sin la menor idea de lo que estaba haciendo; mas bién parecía la presentación de una tesis de una academia por correspondencia.

Miguel no es culpable de las deficiencias de ese equipo de “estrategas”, que no entendió la necesidad de diseñar un plan de alcance y promoción para el importante comando femenino, la juventud y los distintos frentes que se limitaron a hacer bulto en los recorridos.

Miguel no es culpable de que no se implementara una campaña promocional focalizada por provincias que señalara las necesidades de los habitantes e hiciera las promesas debidas, así cómo Hipólito lo hacia en sus visitas a los distintos pueblos.


Es decir, que Miguel no es el culpable de la desconexión que existía entre lo que hacia el Candidato y lo que hacia el equipo de estrategia, si así se le puede llamar.

Miguel no es culpable de los desaciertos del equipo de publicidad de Hipólito, el cual luego de difundir el mejor comercial en la convención pasada: Hipólito hablándole al corazón de los votantes, parado, detrás de una silla”, produjo un comercial malísimo y perjudicial en la última etapa de la campaña: Hipólito caminando por el mirador, dándole la espalda al pueblo, mirando desconcertadamente al cielo y con una voz en off, con un mensaje para a la conciencia del votante.

De igual manera tampoco Miguel es culpable de que la publicidad en vallas y periódicos había que descifrarla para entender que era una denuncia al alto costo de la gasolina, el gas y los alimentos.

Miguel no es culpable de que los asesores extranjeros no entiendan que aquí a la naranja le llamamos china, aplaudimos cuando un avión aterriza, que el comediante del año se llama Boca de Piano, al personaje mas famoso le dicen “Tubérculo Gourmet” y que los artistas más pegados son: El Lápiz, MonkeyBlack, Chimbala y el Cata, y la canción mas pegada es “el Teke Teke”.

Miguel no es culpable de que no se atacara la raíz de los problemas importantes que afectan nuestro país, que solo se limitaran a decir que acabarián con la corrupción y la delincuencia, repitiendo lo que las personas le dijeran en los “focus groups”

Miguel no es culpable de que Mejía no se vacunara a tiempo contra las “hipolitadas”, cómo así le recomendé.

Miguel no es culpable de que el equipo de Hipólito no entendiera que el joven de 24 años, tenía 14 cuando él fue Presidente y por lo tanto lo íbamos a perder cuando saliera la campaña negativa, al menos que el mismo Mejía apareciera delante de una pantalla viendo sus propias ocurrencias y hablándole al corazón de los dominicanos: “Porque yo no bebo, pero respeto a los que si lo hacen, porque yo soy duro cuando hay que ser duro, porque yo relajo cuando hay que relajar, porque a mi también me gusta jugar dominó, porque yo soy dominicano, porque yo soy como tú”.

Miguel no es culpable del daño que ocasionaron las declaraciones de Hipólito sobre los jueces, las domésticas, las deudas a los proveedores del estado, ni tampoco es culpable del buen provecho que le sacaron los contrarios.

Miguel no es culpable del efecto que ocasionó que Ana Maria Acevedo llamara a la Z101 dos días antes de las elecciones para decir que en su encuesta la ventaja era de solo 3 puntos cuando días antes Hipólito confirmaba que le llevaba 8-10 puntos a su contrario.

Miguel no es culpable del peor cierre de campaña televisado en la historia de la política dominicana.

Miguel no es el culpable de que se escogiera el día 18 para realizar la gran marcha simultánea en 60 puntos del país y no poder sacarle provecho mediático, porque era el último día de campaña.

Miguel no es culpable del uso y abuso de los recursos del Estado en contra de Hipólito, de la represión contra los votantes, de la intimidación de los militares a la orden del PLD, de las compras de cédulas ni de de una JCE electoral parcializada.

Miguel no es culpable de que sus estrategas no entendieran que en la última etapa de la campaña deben difundirse todas las acciones negativas del contrario, mas cuando el PLD le sobraban telas para cortar, de la actitud pasiva y defensiva y dejar a la comunicadora Nuria Piera liderear el papel protagónico que los estrategas debieron asumir.

Señor Presidente Mejía, Miguel es culpable de no integrarse y apoyarlo abiertamente, y de muchas cosas más, pero de su derrota Miguel no es el culpable.

Si entendíamos que se podía ganar sin él, hoy no podemos hacerlo responsable de esta derrota.

La niña le pregunto a su mamá: “Mami, por qué tu cortas los extremos del pan antes de entrarlo al horno?”.
La madre le contestó: “No sé mi hija, así lo hacia mi mamá”.
La niña fue donde la abuela y le hizo la misma pregunta. La abuela le dijo “No sé, así lo hacia mi mamá”.
La niña acudió hasta la novenaria anciana y le preguntó lo mismo. La bisabuela le dijo “Era que en mi tiempo los hornos eran pequeños y el pan no cabía”.

El PRD sigue cortando las puntas del pan y no se da cuenta de que el horno ya es grande.

Es por eso que el 21 de mayo del 2016, los titulares de los periódicos nacionales se repetirán nuevamente por sexta vez: “PRD denuncia fraude, PRD dice se usaron recursos del estado, PRD dice hubo compra de cédulas. etc.

El autor es consultor, estratega y mercadólogo político. Reside en Santo Domingo.

Reflexión recojida de AlMomento.net

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